LOS ÁCIDOS GRASOS VOLATILES, FUENTE DE ENERGÍA EN LOS RUMIANTES.
En la actualidad, la producción de carne, leche y huevo para
el consumo humano se ve limitada debido a que los animales a partir de los
cuales se obtienen estos productos, compiten en mayor o menor grado con el
hombre por los alimentos, especialmente los cereales.
De acuerdo con un estudio realizado por Reid en 1969, en el
que se calculó el consumo de alimento para cada especie considerando para ello
la alimentación durante el crecimiento y la etapa de producción, la obtención
de una tonelada de cerdo en canal requiere 6.36 toneladas de alimento; la tonelada
de carne de pollo, 4.81 toneladas y la de huevos, 4.04.
Si esto lo comparamos con 3.5 toneladas de concentrado
proteico necesarias para producir una tonelada de carne de res en canal, o 0.4
toneladas para obtener una de leche, encontramos una relación mucho más
estrecha entre alimento consumido y producción en los bovinos que en otras
especies.
Esto se debe a que los nutrientes que el bovino necesita
para su mantenimiento y reproducción pueden ser obtenidos a partir de forrajes
o alimentos que el hombre no consume, pero que el bovino puede utilizar,
gracias a los procesos digestivos que se efectúan en el rumen por acción de
bacterias y protozoarios, en los cuales el producto final son los ácidos grasos
volátiles.
Estos ácidos son compuestos de cadena carbonada corta, que
se producen durante la degradación fermentativa de los alimentos en el rumen y
que pueden ser convertidos en glucosa, ácidos aminados o ácidos grasos por las bacterias ruminales o
por las células del animal.
Generalmente se consideran como ácidos grasos volátiles el
ácido fórmico, el acético, el propiónico, el butírico, el isobutírico, el
2-metil butírico, el valérico, el isovalérico, el caproico y el caprílico. Los
ácidos acético, propiónico y butírico son los que se producen en mayor cantidad
durante la fermentación de los alimentos en el rumen; los que aparecen
en menor cantidad son el caproico y el caprílico.
PRODUCTOS QUE DAN ORIGEN A LOS ÁCIDOS GRASOS VOLÁTILES.
Los carbohidratos constituyen la mayor parte de la ración
alimenticia de los rumiantes y por lo mismo, son la fuente principal de
energía, tanto para los microorganismos como para el rumiante que los ingiere.
Los carbohidratos más abundantes en las raciones para
rumiantes son polisacáridos, celulosa, hemicelulosa, pectinas, fructanas y
almidones. En base a materia seca, la celulosa puede alcanzar de 20 a 30% de
los carbohidratos, las hemicelulosas de 14 a 17% y las pectinas hasta 10% (9).
Son pocos los productos vegetales que tienen cantidades considerables de
sacarosa (la caña de azúcar es uno de ellos) y menos aún los que contienen
glucosa.
En dependencia del tipo de alimento suministrado a los
rumiantes, concentrados y forrajes la producción de ácidos grasos volátiles
varía, por ejemplo, si le suministramos una mayor cantidad de concentrado la
proporción de ácido propiónico es mayor que el acético lo cual incrementa la
producción de leche pero disminuye la proporción de grasa en la leche, en caso
contrario si le suministramos una mayor cantidad de forraje la proporción de
ácido acético es mayor disminuyendo la producción de leche e incrementando la
grasa en la misma.
RECORDAR, EN EL RUMEN, LA PRODUCCIÓN DE LOS ÁCIDOS GRASOS
VOLÁTILES DEPENDE DE LA COMPOSICIÓN DE LA RACIÓN, LA ACTIVIDAD MICROBIANA, EL
PH DEL MEDIO Y LA FRECUENCIA DE INGESTIÓN DE ALIMENTOS.
FUENTE: M.V.Z. M.S. EGLANTINA ZAVALETA DE LUCIO.
Departamento de Nutrición y Bioquímica Facultad de Medicina Veterinaria y
Zootecnia Universidad Nacional Autónoma de México.
IMAGEN: Propia de Cruz Alcides Alvarado Guerra.
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