MÉTODOS DE CONSERVACIÓN DE FORRAJE PARA GANADO.
- Reserva en pie.
- Deshidratación artificial.
- Ensilaje.
Se puede señalar que el proceso de ensilaje se inicia desde
el momento en que el forraje es cortado y enfrenta alteraciones bioquímicas
indispensables para la conservación.
- Henificación
Es el método más utilizado para la conservación de forraje de leguminosas. Se define como el proceso de deshidratación natural del forraje verde cortado y expuesto al sol para llevarlo a niveles de 15-20% de humedad, es uno de los métodos más antiguos y sencillos para conservar el forraje, siendo relativamente barato y útil para mejorar la alimentación del ganado.
Respiración celular.
La planta después de cortada y
almacenada en los silos, sufre modificaciones debidas principalmente a la
respiración de las células, las cuales continúan vivas por un período que
depende de la cantidad de oxígeno presente en la masa de forraje almacenada,
que produce calor y desprendimiento de C02. El consumo de oxígeno a partir del
aire presente, así como la producción de CO2, favorecen las condiciones
anaeróbicas esenciales para el posterior desarrollo de las bacterias lácticas.
También en esta fase hay degradación parcial de azúcares solubles e incluso de
proteínas, que no se detiene sino hasta que el pH es menor a 4.
El tiempo óptimo de duración de la fase de respiración no
deberá rebasar las 5 primeras horas después de tapado el silo, lo cual va a
depender de la eficiencia del sellado del mismo, para que no entre aire y de la
eficiente compactación del forraje.
Producción de ácido acético. El comienzo de la acidificación
se debe a las bacterias gram negativas no esporuladas que transforman los
azúcares y liberan ácido acético, ácido fórmico, alcohol, anhídrido carbónico,
ácido láctico y ácido butírico. La temperatura óptima de estas bacterias es de
20 a 40 °C y se detiene a 50 °C.
Producción de ácido láctico. Con la anaerobiosis se desencadena la fermentación láctica por medio del Lactobacillus sp. y otras bacterias, cuyo desarrollo óptimo ocurre a 35oC. Se requiere un ambiente rico en azúcares solubles, este proceso se interrumpe cuando se alcanza un nivel de pH entre 3 y 4.
Estabilización del pH.
Cuando se alcanza el nivel de acidez
mencionado, se interrumpe y estabiliza el proceso, complementándose así la fase
de fermentación, misma que se alcanza alrededor de 18 a 21 días después de
tapado el silo. El nivel de pH al cual se alcanza la estabilización del
proceso, depende del contenido de humedad del forraje ensilado, siendo de 4.2
cuando el contenido de materia seca es de 20% y 5.2 cuando es del 50%.
Cuando no se alcanza rápidamente un pH de estabilización, se
desarrollan los microorganismos putrefactivos, principalmente los del género
Clostridium. Estos atacan las proteínas y otros componentes celulares,
produciendo ácido butírico, otros ácidos, así como diferentes aminas y
sustancias que pueden ser toxicas para el ganado. La fermentación butírica se
desarrolla cuando las temperaturas del silo son de 32 a 40°C y el pH de 4 a 5.
Pérdidas durante el ensilado
Las pérdidas que se producen durante el proceso de ensilaje
pueden agruparse en evitables e inevitables. Las pérdidas evitables se
constituyen por el manejo, como aquellas que ocurren durante el corte y
transporte del forraje al silo, así como por el material enmohecido y
putrefacto; en las inevitables, se incluyen las debidas a respiración,
fermentación y efluentes que lixivian nutrientes.
Las pérdidas de materia seca en el forraje ensilado son: de
1-2% por respiración, 2-4% por fermentación, 5-7% por líquidos efluentes y 2 -
5% por desecación; fermentaciones secundarias 0.5% deterioro por entrada de
aire 0 - 10% y pérdidas por calentamiento de forraje durante la descarga 0-15%.
Se han reportado que en buenas condiciones las pérdidas de materia seca pueden
ser de 10 - 17% llegando hasta 78% en condiciones desfavorables.
Características del ensilado
Existen determinaciones cualitativas obtenidas por la
observación de ciertas características físicas y determinaciones cuantitativas,
de mayor precisión que se obtienen al realizar la cuantificación de compuestos
químicos del producto.
Las determinaciones cualitativas fundamentales incluyen el
olor, color, sabor y textura del forraje. El olor de un buen ensilado debe ser
lo más parecido a frutas fermentadas, aceptado por el olfato humano y no muy
penetrante. Olores diferentes, fétidos o muy penetrantes indican fermentaciones
no deseadas. El olor del ensilado puede ser comparado con el del vinagre.
El color de un ensilado bien elaborado debe ser semejante al
color original del forraje. Se admiten todas las tonalidades de verde o
amarillo y se desechan aquellas que incluyen color café u oscuro, los cuales
indican putrefacción del producto.
La textura del ensilado debe ser suave, ligeramente porosa,
consistente; que no se desintegren ni adhieren las partículas de forraje en los
dedos. El sabor del ensilado, cuando se mastican las cañas debe ser agrio
aceptable.
Las determinaciones cuantitativas indican la calidad del ensilado y ayudan a predecir el comportamiento productivo del animal requieren de equipo de cierta precisión, solo disponible en laboratorios.
FUENTE: INTAGRI. 2019. Métodos de Conservación de Forraje.
Serie Ganadería, Núm. 27. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 5 p.
Análisis de Cruz Alcides Alvarado Guerra .
IMAGEN: Propia de Cruz Alcides Alvarado Guerra .
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