Tipos de hidratos de carbono
Los hidratos de carbono son la principal fuente de energía,
siendo además precursores para la síntesis de grasa y lactosa. La fibra es el
principal hidrato de carbono disponible para los rumiantes y utilizado por los
microorganismos rumen para la obtención de energía para su crecimiento,
generando a través de productos de desecho para estos, energía disponible para
el animal en la forma de AGV. La fibra es un alimento voluminoso que, por sus
características químicas, tiene un tiempo de retención ruminal elevado, donde
la celulosa y la hemicelulosa son fermentados. A medida que la planta madura,
el contenido de lignina de la fibra se incrementa y la extensión de la
digestión ruminal de la celulosa y hemicelulosa disminuye. Como se comentó
previamente, la fibra larga o efectiva proveniente del forraje es necesaria
para la estimulación de la rumia y la producción de saliva. La rumia es el
principal factor en la disminución del tamaño de partículas ruminales
aumentando la tasa de fermentación de la fibra, activando los movimientos
ruminales y el flujo de saliva al rumen.
Las dietas deficientes en fibra efectiva resultan
generalmente en una disminución en la concentración en grasa butirosa de la
leche, pudiendo generar problemas digestivos como la acidosis, desplazamiento
de abomaso, etc.
Otra de las fuentes de hidratos de carbono disponible en la
alimentación son los denominados no estructurales, como los solubles y el
almidón. Estos son rápidamente, y en muchos casos completamente, fermentados a
nivel ruminal. El suministro de hidratos de carbono no estructurales incrementa
la densidad energética de la dieta, lo cual en líneas generales mejora el
consumo total de energía y es determinante de la producción de proteína
bacteriana ruminal (consumo total de MO fermentecible). Sin embargo, los
consumos elevados de hidratos de carbono no estructurales disminuyen los
tiempos de rumia afectando la digestibilidad de la fibra por una disminución
del pH ruminal. Por lo comentando, el balance entre los tipo de carbohidratos
suministrados es esencial en la alimentación para una producción eficiente.
Producción de AGV
Durante el proceso fermentativo los microorganismos
ruminales generan gases (metano y dióxido de carbono), calor de fermentación,
ácidos grasos volátiles y protoplasma microbiano (MO microbiana). Los AGV
generados son el acético (2 átomos de carbono), propiónico (3 átomos de
carbono) y butírico (4 átomos de carbono). Estos tres ácidos representan, para
dietas normales, más del 95% de los ácidos generados. En este proceso
fermentativo se producen, en cantidades menores, los denominados iso- ácidos,
provenientes en general de la degradación de aminoácidos ramificados. Estos
iso-ácidos son estimuladores del crecimiento bacteriano ya que las mismas están
imposibilitadas de sintetizar este tipo de cadena carbonada. Existen en el
mercado aditivos carbonados con estos iso-ácidos como promotores de la
actividad bacteriana.
Los gases producidos son eliminados por eructación,
perdiéndose la energía encerrada en el gas metano. El calor de fermentación,
proveniente de las ineficiencias del proceso fermentativo, permite el
mantenimiento de la temperatura corporal durante el tiempo frío y debe ser
disipado, y con gasto de energía, en otras estaciones del año. Los AGV,
productos finales del proceso fermentativo, son absorbidos a través de la pared
ruminal. La mayor parte del acetato y propionato son transportados al hígado,
mientras que casi la totalidad del butírico es convertido en su pasaje por la
pared ruminal a B-hidroxibutirato (cuerpo cetónico). Los cuerpos cetónicos
pueden ser usados como energía por la mayoría de los tejidos. En condiciones
normales los cuerpos cetónicos provienen del butírico, aunque en lactancia
temprana pueden originarse en la movilización del tejido adiposo, originando la
enfermedad metabólica denominada cetosis.
Producción de glucosa en el hígado.
La mayoría del propinado es convertido a glucosa en el
hígado. En adición, el hígado puede usar aminoácidos para la síntesis de
glucosa (gluconeogénesis). Este es un proceso esencial ya que la cantidad de
glucosa absorbida a nivel intestinal es en general baja y altamente dependiente
de la dieta suministrada. El funcionamiento del hígado y el sustrato necesario
para el proceso de síntesis es fundamental, ya que una vaca que produce 30
litros de leche requiere aproximadamente 1,5 kg de glucosa para la síntesis de
lactosa, más 0,5 kg para abastecer la demanda de otros tejidos. Vacas que
consumen cantidades importantes de almidón pasante (sorgos, maíz) obtienen
parte de la glucosa necesaria de la absorción intestinal, disminuyendo la
demanda de síntesis hepática.
FUENTE: INTA. Nutrición animal aplicada.
Análisis de Cruz Alcides Alvarado Guerra.
IMAGEN: Propia de Cruz Alcides Alvarado Guerra.
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